Comunicación Salud Siglo XXI

Farmacia

Medicamento: Bien social y mercancía


El 30 de mayo se presentó el libro Múltiples miradas a los medicamentos de alto costo: hacia una comprensión integral del tema, producto de un proyecto desarrollado por un equipo diverso de investigadores de la Udelar, con apoyo de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC).
El trabajo se realizó con financiación del Fondo Universitario para Contribuir a la Comprensión Pública de Temas de Interés General (Artículo 2). El equipo responsable está conformado por 15 docentes e investigadores, integrantes del Departamento de Farmacología y Terapéutica y de la Unidad Académica de Bioética de la Facultad de Medicina, del Consultorio Jurídico y del Departamento de Filosofía del Derecho de la Facultad de Derecho, del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales, y una comunicadora, colaboradora de periodismo de la Facultad de Información y Comunicación.
El grupo aclara en su sitio web que sus integrantes «no presentan vinculación con la industria farmacéutica», que comparten la importancia de lograr la equidad en el acceso a los medicamentos de alto costo (MAC), y que buscan abordar un tema complejo y sensible de forma «integral y crítica». El informe presentado señala que el tema engloba necesariamente distintas dimensiones —científicotécnica, económica, jurídica, comercial, sociocultural, histórica, entre otras—, que se ponen en juego a la hora de indicar un tratamiento con estos fármacos.
El objetivo del trabajo presentado es «informar, reflexionar y problematizar con la ciudadanía sobre los MAC y su impacto en la salud de la población», «proponer estrategias que contribuyan a mejorar las políticas de acceso desde un marco plural e integrador». El informe, de 128 páginas, abarca todas las facetas que componen la temática, analiza la formación del precio de los medicamentos, su valor como bien social o bien de mercado, qué es la medicina basada en la evidencia y cuáles son las formas de selección de los medicamentos. Aborda aspectos netamente éticos, como las tensiones entre la salud individual y la colectiva, los conflictos de interés en la prescripción, la aplicación de las leyes de patentes. Releva experiencias de acceso a MAC a nivel internacional y en Uruguay, presenta varios ejemplos específicos, analiza la creación de normas y reglamentos, así como casos en los que ha intervenido el Poder Judicial.
Derechos y obligaciones
La publicación señala que no existe consenso internacional respecto a una definición de MAC, pero el precio lo define de manera inherente, por eso la OMS establece que son aquellos medicamentos que comparten «el excesivo esfuerzo económico que conlleva su adquisición para los pacientes, los prestadores y el sistema de salud». En el libro se indica que quizás es «más oportuno referirse a “medicamentos de alto precio” y no de alto costo». En Uruguay, según el consenso de algunos expertos, se considera que un MAC «es aquel cuyo costo directo anual es superior a un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita». Según cálculos actuales, ese valor alcanza los 15.573,9 dólares.
Desde la puesta en marcha del Sistema Nacional Integrado de Salud, la cobertura farmacológica a la que acceden los usuarios está establecida en el Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM), que se define como «una lista positiva de medicamentos de alto valor terapéutico destinados a resolver el tratamiento farmacológico de los problemas sanitarios relevantes de acuerdo al perfil socioepidemiológico nacional». La nómina se encuentra publicada en el sitio web del Ministerio de Salud (MS), y las instituciones prestadoras de salud están obligadas a proveer a los usuarios de todos los medicamentos incluidos en ella. Aquellos fármacos que la integran y tienen un costo directo anual que supera el valor de un PIB per cápita son financiados por el Fondo Nacional de Recursos (FNR); este grupo de MAC se lista en el Anexo III del FTM.
En cada caso el FNR evalúa los beneficios que el MAC puede generar en los pacientes, de acuerdo a diferentes variables, para definir si corresponde financiar el tratamiento. No obstante, el MS puede autorizar el uso de un MAC para su introducción y comercialización en el país, sin incluirlo en el Anexo III. Mientras no forme parte de esa lista, el medicamento es accesible solo para los usuarios que pueden comprarlo.
La amplia mayoría de los MAC son fármacos «nuevos, altamente específicos y utilizados en condiciones clínicas complejas como el tratamiento de algunos tipos de cáncer, enfermedades que comprometen el sistema inmunológico, enfermedades inflamatorias o infecciosas, y también los medicamentos biotecnológicos», indica el documento. La producción de medicamentos biotecnológicos es mucho más costosa que la de los fármacos de origen químico, porque requiere del uso de organismos vivos —en general bacterias genéticamente modificadas—.
El valor de lo nuevo
Cuando un medicamento es nuevo, su ingreso al mercado está favorecido por leyes de patentes, de modo que «la fijación inicial de los precios, a priori, está determinada exclusivamente por el laboratorio fabricante», explica el informe. «Esto va en detrimento del sistema público de financiación y de la capacidad público-privada de compra».
El precio de un medicamento está determinado en gran medida por la inversión que se realizó para desarrollarlo. El descubrimiento de nuevas moléculas o de nuevos usos para un fármaco conocido puede implicar muchos años de investigación, pruebas in vitro, in vivo y ensayos clínicos. Casi siempre estas investigaciones son financiadas por laboratorios farmacéuticos. Las leyes de patentes responden a esta lógica y aquellas empresas que descubren y lanzan fármacos al mercado pueden recuperar su inversión y aun obtener grandes beneficios, mientras no se libera la patente de su invento. Por lo general, ese período dura diez años. Luego de ese lapso la patente cae, otros laboratorios quedan autorizados a fabricar el medicamento utilizando esa fórmula, y en ese momento el precio de mercado se reduce notoriamente.
Noelia Speranza, médica farmacóloga y pediatra integrante del grupo, explicó al Portal de la Udelar que la eficacia y seguridad de los medicamentos recientemente descubiertos ha sido probada en un número limitado de pacientes, por lo general en ensayos bajo condiciones controladas. «Cuando el fármaco sale al mercado comienza a verificarse cómo actúa en otras condiciones y en un grupo de pacientes mucho mayor». Por eso los medicamentos nuevos suelen permanecer por un tiempo variable «como segunda opción» frente a aquellos cuyos efectos son ampliamente conocidos, señaló. Aclaró que afortunadamente «la mayoría de las personas se curan con pocos medicamentos y con medicamentos ya conocidos, es decir, baratos».
Speranza señaló que dependiendo de la patología, las condiciones y evolución del paciente, se establecen pautas de elección de determinados medicamentos. Cuando el tratamiento elegido no produce los resultado esperados, los médicos recurren a una segunda o tercera alternativa. «De todas formas, en muchos casos los MAC son opciones de primera línea», explicó, «en el tratamiento de la hepatitis C, por ejemplo, se utilizan nuevos medicamentos antivirales, son de alto costo pero muy eficaces, y están cubiertos por el FNR».
El libro propone considerar el involucramiento de la sociedad en la discusión de la temática, y finalmente plantea propuestas concretas para mejorar las políticas públicas de acceso a los MAC en Uruguay, como la regulación de precios, el fortalecimiento de un sistema de seguimiento, y la creación de vías de acceso a estos fármacos alternativas al FNR. Con esta publicación el grupo concluye el proyecto financiado por CSIC, pero seguramente continuará trabajando sobre el tema, indicó Speranza.